<<[MARATÓN:5/5]>>
Observé como tensaba la mandíbula mientras
pasaba su lengua sobre su labio inferior, síntoma de nerviosismo. Di un paso
hacia atrás, no me esperaba volver a verle desde la última vez. No pude evitar
ponerme nerviosa y morderme el labio. Harry había cogido el oso de peluche, que
anteriormente Alishon tiró al suelo, lo sacudió con su mano quitándole
cualquier rastro suciedad que podría a ver cogido. Estiró su brazo hacia Ali,
formándose una pequeña sonrisa en su rostro.
-“Toma pequeña. Y no lo vuelvas a tirar al
suelo.”-
Su dulce voz ronca recorrió todo mi cuerpo en
un escalofrío. Algo en él había cambiado, este no era el Harry cobarde que dejó
su vida atrás.
Alishon abrazó al oso con fuerza ocultando su
cara sobre el peluche.
-“Gra…gracias.”- Murmuré volviendo a la fila
para pagar los juguetes.
Debería decirle sobre la fiesta de Ali o… a lo
mejor no querrá venir, es su hija debería venir. Le miré de reojo mientras
tragaba saliva nerviosamente, de repente mi boca se había secado. Él se pasó
una mano sobre su pelo mirando hacia los lados y finalmente a mí. Sonrió
enseñando sus perfectos hoyuelos. Oh dios… eso puede conmigo, sé que no debería
hablar así de él, pero sigo amándole a pesar de todo ese dolor causado por un
simple capricho. Se le veía bien. Ya no usaba muletas e iba vestido como
siempre, unos vaqueros negros ajustados junto a una camisa con los tres
primeros botones desabrochados, dejando a la vista partes de sus tatuajes y una
pequeña cicatriz en forma de línea sobre su clavícula, seguramente por el
accidente. Me gustaría arrancarle la camisa e inspeccionar uno a uno sus
tatuajes, y su perfecto torso, para ver que daños habían sufrido.
Negué con mi cabeza para poder dejar de observarle, el hecho de
pensar que él ya no es mío me hacía demasiado daño y hoy es el cumpleaños de mi
preciosa niña, nada puede hacer que esto se estropeé.
Al pasar todas las cosas por la caja me di
cuenta que no tenía suficiente dinero para todo. Debía dejar algo, pero todo le
gustaba y sabía perfectamente que se pondría a llorar al ver que no está lo que
eligió.
Tensé mi mandíbula y suspiré.
-“Ya lo
pago yo.”-
Intervino Harry sacando su tarjeta.
Oh, no, no, no. No puedo permitir que él pague
todo.
-“No, déjalo ya se lo compraré más tarde…”-
Murmuré sin apartar mi mirada de aquella tarjeta de color plata que agarraba
con dos de sus largos dedos.
-“Es mi hija, será como un regalo echo por los
dos.”- Insiste.
La cajera me mira como pidiéndome permiso.
Solo me quedaba hacer lo que él dice.
-“De acuerdo.”- Cerré mis ojos en signo de
desaprobación.
Decidió llevar las bolsas y acompañarme hasta
mi coche, bueno hasta el coche de mi madre.
-“¿Qué hiciste con tu coche?”-
Pregunta frunciendo el ceño mientras observa
el viejo coche de color rojo.
-“Lo tuve que vender para pagar unas
facturas.”-
Dije totalmente seca.
Monté a Alishon en su sillita, ella seguía
abrazada al peluche que su padre le había comprado. Me dirigí hacia el maletero
ayudando a Harry a meter todas las bolsas en su interior.
-“Gracias una vez más. Te devolveré el dinero
cuando pueda.”-
-“No. Es un regalo, no tienes que pagarme nada
___.”-
Le miro atenta, parece ofendido y algo tenso.
¿Realmente ha cambiado?
-“¿Qui…Quieres venir a la fiesta de Alishon?
Ella se alegrará de verte.”- Susurro mirando mis dedos nerviosamente. Ella sabe
perfectamente que es su padre, todo el mundo le habla sobre él y le enseña
fotos o vídeos de algún concierto o entrevista de hace unos años.
-“De acuerdo. ¿A qué hora es?”- Su tono sonó
ansioso.
Tras darle la dirección y la hora se marchó
con las manos bacías. Fruncí el ceño, él no había comprado nada… ¿A caso él me
estaba siguiendo?
-“Seguramente sea una coincidencia.”- Susurré
en voz alta mirando por el retrovisor como Harry andaba cojeando hacia un coche
blanco deportivo.
*****
Estaba totalmente nerviosa, tenía la sensación
de que en cualquier momento me iba a desmayar. Fui saludando a todos los
invitados que entraban por la puerta. Alex y Niall fueron los últimos en
llegar, aunque aún no había rastro de Harry. Suspiré y miré a mi feliz amiga.
-“Bienvenidos señor y señora Horan.”- Dije en
tono juguetón.
Hacía como tres meses y medio que se casaron.
Fue una bonita ceremonia a la luz de la luna en una playa de arena dorada. Una
preciosa boda, donde asistieron todos los conocidos de Alex y Niall, quitando
el hecho de que Harry no asistió. Seguramente tampoco vaya a aparecer.
La tarde pasó volando, Ali aún no había
soplado las velas y Harry seguía sin aparecer. Tenía más que asumido que no
vendría. Me levanté dirigiéndome hacia mi pequeña, que jugaba feliz con su tía
Gemma.
-“Se está haciendo tarde. No puedo esperarle
más, Gemma.”- Murmuré sentándome a su lado agachando mi mirada. –“La gente
empezará a cansarse y a irse. Ali tiene que soplar las velas. Es su
cumpleaños.”-
-“Lo llamaré, tranquila. A lo mejor se
habrá perdido.”- Se encoge de hombros.
Saca su móvil del bolsillo de la sudadera gris que lleva puesto.
Antes de que Gem marcara el número de Harry,
la puerta del local se abrió. Por un instante dejé de respirar, pero solté el
aire retenido tras ver que se trataba del payaso que mi madre contrató para
distraer a los peques de la fiesta.
Me volví a sentar mirando a Alison. Le coloqué
bien una de sus dos coletas. De vez en cuando se le podía ver un pequeño
hoyuelo sobre su mejilla izquierda. Era una mezcla perfecta de Harry y mía. La
cogí en brazos y la llevé a la zona del espectáculo, la senté junto a los demás
niños. Busqué por la sala a Gem. Estaba de pie con el ceño fruncido, parecía
que estaba discutiendo. Tal vez fuese Harry y le estaría regañando por ser un
completo inmaduro en no venir al primer cumpleaños de su hija. Seguí
observándola hasta que la puerta del local volvió a abrirse, Harry apareció por
la puerta con su pelo suelto cayendo sobre sus hombros, una camisa blanca y sus
típicos vaqueros. Todo lo veía a cámara lenta. Él se pasaba la mano derecha
sobre su cabello echándolo hacia atrás mientras su lengua lamia su labio
inferior. Tragué saliva mordiéndome el labio y seguí observando como caminaba
hacia donde todos estábamos reunidos. Se deshizo de sus gafas de sol, color
negras, y me miró formándose una perfecta sonrisa en su rostro acompañado de
sus hoyuelos que tanto podían conmigo. Me quedaría horas mirándole. Negué con
mi cabeza alejando esos pensamientos de mi mente.
En ese instante me di cuenta que había dejado
de respirar por un instante. Se acercó a Anne y a Gemma, a cada una le dio un
beso en la mejilla abrazándolas cariñosamente. Después le estrechó la mano a
los chicos. Cada uno iban con sus novias, incluyendo a la nueva novia de Liam,
Irene, la chica con la que estuvo Liam la noche en que nos encontramos en el
club.
Finalmente Harry se acercó a mí sin apartar su
mirada de la mía y sin deshacer su sonrisa. Me sentía
tan nerviosa por su
presencia.
-“Hola.”- Murmuró con su voz ronca que tanto
me atraía.
-“Hola.”- Susurro.
Sus labios se abrieron con la intención de
hablar. Pero un chillido le interrumpió. Volteé rápidamente hacia una de las
amigas de mi madre que señalaba aterrorizada. Seguí su mirada topándome con un
arma que sostenía el payaso apuntando a Alishon con ella. Él la tenía cogida y ella
lloraba desesperadamente. No… otra vez no. Mis lágrimas salieron de mis ojos
sin previo aviso.
Todo se volvía de nuevo a cámara lenta. Harry
corrió hacia aquel hombre que sujetaba a mi pequeña en sus brazos. Unos tíos
vestidos con traje oscuro acudían detrás de Harry. Me caí de rodillas al suelo
sin saber cómo reaccionar. Todo parecía tan irreal. Los tíos que iban con mi
Harry sujetaron a aquel maldito payaso
de los brazos quitándole el arma. Los demás asistentes de la fiesta
cogieron a sus hijos y salieron del local quedándome allí observando lo que
sucedía entre lágrimas. Harry cogió a nuestra pequeña en brazos abrazándola con
fuerza mientras se alejaba de aquel tipo. Los hombres con traje esposaron al
maldito payaso llevándose de allí. Me quedé observando aquel tipo que hace unos
segundos apuntaba a mi pequeña con un arma. Sus labios se movían maldiciendo a
toda mi familia. No paraba de repetir una y otra vez “Os joderé como vosotros
me jodisteis a mí.” No entendía nada.
Llevé mis manos a mi cara ocultándome de
todo lo que había pasado.
-“Tranquila.”- Alzo mi mirada. Él estaba
agachado de puntillas a mí altura sosteniendo a nuestra pequeña con sus brazos.
No pude evitarlo y le abrace fuerte, sin
hacerle daño a Ali, los dos caímos al suelo y el me lo correspondió rodeándome
con su brazo que quedaba libre. Hundí mi rostro en su cuello respirando su dulce
aroma. Echaba de menos su olor, sus abrazos. Nos quedamos así durante un buen
rato.
-“Vamos, Alishon tiene que soplar su primera
vela.”- Me dice alzándome la mirada con su mano sobre mi barbilla. Yo asiento
levantándome avergonzada por a verme lanzado de esa forma.
-“Gracias por…”-
-“No me tienes que dar las gracias ___”- Me
interrumpe dejándome con las palabras en la boca.
Salimos al jardín donde todos se encuentran y
nos acercamos los tres hasta la mesa donde se encuentra la tarta con una
pequeña vela en el medio. En la tarta se podía leer “Feliz cumpleaños princesa”.
Harry se acerca a mí dándome a Alishon, yo la cojo despacio sin apartar mi
mirada del padre de mi hija. Él se
dirige hacia la tarta y enciende la pequeña vela. Todos cantan la típica
canción de cumpleaños feliz, una vez que todos paran de cantar Harry y yo
soplamos a la vez la vela de nuestra pequeña. Los dos nos quedamos mirándonos,
mis mejillas empiezan a arder por su presencia. Sus ojos verdosos miran los
míos fijamente con una sonrisa en su precioso rostro. De nuevo esa sensación de
como si solo estuviésemos los dos a solas volvió a mi nublando los sonidos de
mi alrededor. Lo sigo amando con tanta intensidad que me hago yo misma
daño.
Su dedo pulgar me acaricia por debajo de mi
labio inferior tirando de el para que deje de mordérmelo. No me había dado
cuenta de que estaba mordiéndomelo, mierda. Añoraba tanto sus acaricias.
La noche llegó rápidamente, allí estaba yo de
nuevo contratando a una niñera para que cuidase de Alishon mientras trabajaba
en ese asqueroso club. En todo la tarde no pude quitarme de la mente a Harry y
sus ojos verdes brillantes mirándome fijamente. Niego intentando quitarme ese
pensamiento de mi cabeza al recordar que antes de que Harry abandonase la
fiesta una chica vino y se fue con él. Seguramente ya haya conocido a otra y me
haya olvidado. Eso me ponía furiosa, furiosa conmigo misma por dejarle ir.
Entre en el club, todas las chicas llevaban
una máscara ocultando parte de sus rostros. Fruncí el ceño sin entender. Mi
jefa se acercó a mí, la reconocí por su forma de mover las caderas de un lado a
otro provocando a los hombres.
-“Niña, tienes tu traje preparado en el
camerino. Póntelo y luego te quiero bailando.”- Ordenó.
-“De acuerdo señora Jonson.”- Le sonreí con
una de mis perfectas sonrisas falsas. La odiaba tanto por comportarse como una
jodida…. Mmm… la verdad, no sabría que palabra usar para definir a esta tía.
Decidí hacerle caso e inmediatamente me dirigí
a la parte de atrás, había algunas chicas preparándose.
-“Perdonar.”- Me acerqué a ellas. Estas se
sorprendieron mirándome sin creer que yo les estuviese hablando.
Sí, como oís, se hablar.
-“¿Por qué motivo son las máscaras?”- Les
pregunté Cogiendo la mía de color dorado. Eso me llamó la atención ya que la de
las demás eran negras con los bordes de plata.
-“Parece ser que un chaval millonario pagó por
una fiesta privada con máscaras.”-
-“Oh… ¿Y por qué mi mascara y mi ropa son
diferentes?”- Murmuro observando el traje que cuelga de la percha.
Ellas se encogen de hombros sin entender.
Subí al escenario y empecé a bailar al ritmo
de la música. Observé la sala, la cual estaba repleta de hombres elegantes, sí,
elegantes. No me lo podía creer, en todo este tiempo jamás vi a gente con traje
y que pasaran totalmente de mirar a las tías, solo bebían y hablaban entre ellos.
Solo un chico mi observaba. Llevaba una máscara de plata y el pelo echado hacia
atrás recogido en una especie de coleta. Iba vestido con un traje con rayas
blancas y negras. Fruncí el ceño al ver como se acercaba una copa hasta sus
labios con su mano izquierda la cual tiene un pequeño tatuaje entre su dedo
pulgar e índice, pero no pude observar con claridad que era. Por un momento
pensé que tal vez ese chico fuese Harry…. Pero él no sabe que yo trabajo aquí.
Tal vez sea una casualidad. Dejo de pensar y sigo con mis movimientos
deleitando al personal.
Cuando termina mi turno vuelvo a la zona de
los camerinos, la señora Jonson se acerca a mí pronunciando con fuerza mi
nombre. ¿Qué habré hecho esta vez? Ruedo los ojos en blanco mientras me quito
la máscara.
-“Vuelva a colocarse la máscara y salga ahí
afuera. Un hombre ha pagado lo suficiente para que usted le baile en privado.
La quiero ver allí ahora mismo.”-
Ordena señalándome con el dedo. Yo nunca antes
había bailado en privado para algún pervertido.
-“¿Y si me niego?”-
Respondo frunciendo el ceño.
-“Será despedida. ¡Ve, ahora!”- Vuelve a
ordenar dándose la vuelta y saliendo al exterior dejando en mi mano una de las
llaves de las 5 habitaciones que había en el lugar.
Miré la pequeña llave de oro con un número
impreso en él “69”. Reí para mí misma al ver el número.
Me coloqué de nuevo la maldita máscara de
color dorado sobre mi rostro, el cual solo se podía observar mis labios. Apreté
la dichosa llave con fuerza y fui directa hacia aquella puerta roja con el
mismo número de la llave en dorado encima de la puerta. Agarré el pomo frío y
la abrí. Al entrar en el interior un muchacho joven, alto y apuesto me daba la
espalda mirando la cama con forma de corazón que había en mitad de aquella
habitación color roja.
-“Hola”- Murmuré cerrando la puerta tras de mí.
Él se giró mirándome sin ninguna expresión en
su rostro. Era el mismo chico que me observaba desde la distancia mientras yo
bailaba. Fruncí el ceño mirándole. ¿Quién es?
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Hasta aquí el capítulo. Espero que os haya gustado y también lo hayáis disfrutado. Tengo una noticia que daros una mala y otra buena, tal vez algunas ya lo sepan y otras no... Bueno, en el próximo capítulo os lo comunicaré.
Si te gustó el capítulo vota, comenta y comparte.
Gracias por leer y comentar, os quiero.
bye.
Tamy_Styles